Si el viento pudiera quitarme la inexplicable tristeza que últimamente esta sintiendo mi corazón, le agradeceria a las tormentas de la naturaleza que se enfrentan a las ramas inquietas de mis pensamientos nocturnos.
No hay manera discreta de como relatar la sensación de abandonamiento que uno siente cuando la nube cubre la luz que antes sirvió de guía, aún cuando su pasado fue corto.
Que incómodo que es el frío que siento bajo mi pecho; el que amenaza el ritmo duro de mis latidos. Sangre fría que me protege suena más dulce que el submergido enlace de tiernos momentos que viven puros en mi jóven memoria.
Si fuera fácil deducir que eso pasará, el tiempo no importaría, y los celos que me devoran la humanidad se calmarían tras el simple saber de que volveré a renacer - y si no por primera vez, con seguridad que sigo aún endormido por el dolor de sueños inexplicables.
Los inexpresados y estimados consuelos que acariciaban mi esperanza ahora me servirán para enterrar, (en mi pleno luto), todo lo bueno que tenía ya pensado y narrado bajo los cuentos pintados de mi valor.
La fé diluida lleva menos de los puñados que ayudaban a mi bien querer - no existe la esperanza para aquel quien lleva como destino el título de amigo.
No comments:
Post a Comment